El cambio de butano a gas natural representa una decisión estratégica para los hogares en busca de un suministro de energía más eficiente, económico y respetuoso con el medio ambiente.
A continuación,
exploraremos los beneficios asociados con esta transición, centrándonos en el
ahorro económico, la eficiencia energética, los costes involucrados y el
impacto ambiental positivo que el gas natural ofrece en comparación con el
butano.
Ahorro del gas natural frente al butano y eficiencia energética
El ahorro económico
es uno de los motivadores más convincentes para cambiar de butano a gas
natural.
El gas natural es más asequible que el butano, principalmente debido a su disponibilidad directa a través de la red
de suministro. Esto elimina la necesidad de manejar y transportar cilindros de
butano, reduciendo los costes asociados con la logística y la distribución.
Además del ahorro
financiero, la eficiencia energética es un factor clave en esta transición.
Al quemarse, el gas natural produce una cantidad
significativamente menor de subproductos y emisiones en comparación con el
butano. Esta eficiencia no solo conduce a una menor huella de carbono, sino
que también se traduce en un mayor rendimiento en la generación de energía
térmica y un uso más eficiente de los recursos.
Precio del butano vs. precio del gas natural
El butano, envasado
en cilindros, tiende a tener precios más
volátiles debido a las fluctuaciones en los costes de producción y
distribución. Para hacernos una idea, el precio de la bombona de butano hoy es de 14,43
€.
Por otro lado, el
gas natural, suministrado a través de una red, ofrece una mayor estabilidad y previsibilidad en los precios. Podemos
encontrar ofertas en el mercado libre desde 0,079 €/kWh.
La disponibilidad
continua del gas natural también elimina
la preocupación de quedarse sin suministro en momentos cruciales, lo cual
es una ventaja importante en comparación con la necesidad de reemplazar los
cilindros de butano periódicamente.
Cuánto cuesta cambiar de butano a gas natural
El proceso de
cambiar de butano a gas natural conlleva una cierta inversión inicial, que
suele ser compensada rápidamente gracias a los beneficios económicos continuos.
Este coste puede variar según la ubicación
geográfica, la infraestructura existente y las características específicas de
la vivienda, e incluye:
–
La instalación de una conexión a
la red de gas natural (IRI o IRC).
–
La adaptación o sustitución de
electrodomésticos y sistemas de calefacción existentes.
–
La verificación de la seguridad y
conformidad con las normativas locales.
Se recomienda
obtener diferentes presupuestos de
profesionales en la instalación de gas natural para tener una estimación
precisa y tomar decisiones informadas.
Impacto ambiental positivo del gas natural frente al butano
Además de los
beneficios económicos y de eficiencia energética, el gas natural ofrece un
impacto ambiental positivo en comparación con el butano.
La quema de gas
natural produce emisiones de dióxido de carbono (CO2) mucho menores en
comparación con el butano, lo que contribuye a la reducción de gases de efecto invernadero y al abordaje del cambio
climático.
El gas natural también emite menos contaminantes atmosféricos locales, como óxidos de nitrógeno y partículas, en comparación con el butano. Esto mejora la calidad del aire y reduce los impactos negativos en la salud humana y el medio ambiente a nivel local.